La Sakura, la Famosa Floración de los Cerezos, en Japón
La sakura, la flor del cerezo, es muy importante para los japoneses. La relevancia de esta flor en la sociedad japonesa no sólo se justifica por su belleza, también tiene una gran influencia en las artes y la cultura.
La historia de la Sakura en Japón
En la colección de poemas más antigua de Japón, el Manyōshū, cuyo origen se remonta al Periodo Nara (710-794), hay más poemas que cantan a la flor del ciruelo que a la del cerezo, lo que nos lleva a entender que la flor representativa de la época era la del ciruelo. Pero a finales del siglo VIII, con el traslado de la capital a Kioto y el inicio del Periodo Heian (794 - 1185), este título se transfirió a la sakura. Desde entonces, "flor" se convirtió en sinónimo de "flor de cerezo".
La sakura de hoy no es la misma que había desde los tiempos antiguos hasta los premodernos, que florecía en diferentes colores y formas. Se dice que la sakura de los primeros tiempos era la yamazakura, cuyas flores blancas se abrían en el momento en que brotaban las hojas. La sakura más común en el oeste de Japón y en el Monte Yoshino, uno de los lugares más famosos para apreciar la flor, es la yamazakura. Hay una razón para que haya tantas sakura en el Monte Yoshino, y es la vertiente budista conocida como Shugendō, cuyos ascetas se entrenan en las montañas.
Alrededor del siglo VII, el fundador de Shugendō, En no Gyōja, comenzó a venerar una estatua de Buda hecha con un cerezo en esta montaña, lo que llevó a que la sakura fuera considerada una planta sagrada. Desde entonces, la gente ha seguido plantando y conservando los cerezos allí, y hoy la montaña cuenta con aproximadamente 30.000 sakura en toda su extensión.
Además de la yamazakura, había unos 10 tipos de sakura nativas en Japón, como la ōshimazakura y la edohigan. Con el cultivo de estas especies nativas, han surgido nuevos tipos de sakura, como la yaezakura, que tiene varias capas de pétalos en contraste con la sakura común de cinco pétalos, y la shidarezakura, cuyas largas ramas caídas parecen las de un sauce.
En el periodo Edo (1603-1869), que comenzó en el siglo XVII, la sakura se difundió y adquirió una importancia aún mayor. En la época del gobierno del tercer shogun, Iemitsu Tokugawa, se trasplantó un gran número de cerezos Yoshino para hacer un camino de sakura en el templo Kan'ei-ji de Ueno.
Yoshimune Tokugawa, el octavo shogun, plantó cerezos para la población en varios lugares de la ciudad de Edo y promovió la costumbre del hanami: el hábito de contemplar los cerezos en flor en grupo mientras se come y se bebe, una práctica que dejó de ser un entretenimiento sólo de la aristocracia y las clases altas. Así pues, hasta el día de hoy estos lugares son famosos para poder apreciar las sakura en Tokio.
En primavera nacen los capullos y en poco tiempo se abren las flores, que no tardan en caer. El corto periodo de floración que termina en cuestión de momentos ha llegado a relacionarse con los conceptos de mujōkan (todo está siempre cambiando y un día llegará a su fin) y wabi-sabi (lo bello en lo imperfecto y el amor por el cambio), que forman parte de la estética y la espiritualidad japonesas.
En el paso del Periodo Edo al Periodo Meiji (1868-1912), apareció una nueva especie de sakura, producida a partir de la selección natural de otros tipos, la somei-yoshino. La flor del yamazakura es blanca y florece junto con el brote de las hojas, mientras que la somei-yoshino tiene pétalos de color rosa claro y sus hojas nacen después de la caída de las flores. Con su impresionante apariencia, la somei-yoshino comenzó a plantarse en todo el país y hoy en día la mayoría de las sakura en Japón son de esta especie.
La flor de cerezo japonés, que ha sufrido tantos cambios, también es objeto de muchas obras de arte.
La Sakura como Tema de Obra de Arte
La flor es fuente de inspiración para todo tipo de arte: literatura, artes visuales, artes manuales. En la literatura, la obra Genji Monogatari, considerada la novela más antigua del mundo, describe un banquete a la sombra del cerezo ambientado en el Periodo Heian. La obra cuenta también con poemas waka que enaltecen la belleza de las sakura. Ariwara no Narihira, miembro de la corte y poeta, también escribió el siguiente waka:
Si en el mundo
flores de cerezo
no hubiese,
Corazón primaveral
¡Ah, qué plácido sería!
A partir de él, se puede entender la razón por la que la gente esperaba con ansia la floración de las sakura y lamentaba la caída de sus pétalos.
Ki no Tsurayuki, famoso por haber reunido los poemas de "Kokin Wakashū" (913), también cantó sobre las sakura:
Como la yamazakura
vista entre la niebla
Deseo tener de nuevo
un reflejo
de mi amada
De ello se desprende que las sakura también se utilizaban para expresar el amor. Además, con el surgimiento de Saigyō, conocido como el poeta de las sakura, el estatus de la flor en la literatura pasó a ser indiscutible.
La flor del cerezo era una expresión común para indicar la primavera en los poemas haiku, una forma poética que se hizo popular en el Período Edo. La figura más destacada del haiku de la época fue Bashō Matsuo, que viajó y escribió poemas por todo Japón.
Cuántas cosas
me recuerdan
¡Oh, flores de cerezo!
Se dice que Bashō escribió este poema pensando en el difunto amo de la casa en la que sirvió.
Nube de flores –
¿Será esta campana de Ueno?
¿Será de Asakusa?
En este haiku, Bashō compara las sakura en plena floración con las nubes y canta el alegre estado de ánimo de la estación. Issa Kobayashi, un poeta tan aclamado como Bashō, escribió:
Flores de cerezo
¿por qué la prisa
para irse tan pronto?
Él expresa el sentimiento de tristeza al despedirse de las sakura, cuyo período de floración es muy corto.
En las artes visuales, desde el Periodo Azuchi-Momoyama, en la segunda mitad del siglo XVI, la flor comenzó a ser representada cada vez más en los byōbu: un panel decorativo utilizado para separar ambientes dentro de una habitación. Su formato largo se podía dividir y plegar en dos, cuatro o seis partes. La forma básica de byōbu es aquella que tiene ambos lados simétricos.
En las artes visuales japonesas, la expresión de las cuatro estaciones es un tema extremadamente importante y la sakura se ha convertido en el tema más común de la primavera. Era la época en que figuras como Nobunaga Oda y Hideyoshi Toyotomi gobernaban el archipiélago y la sakura era la imagen ideal para expresar el carácter de los comandantes militares, a quienes les gustaban los temas bellos y majestuosos.
En la siguiente era, el periodo Edo, la sakura comenzó a adornar las puertas corredizas y los muros de castillos, templos y santuarios. Una de las características más destacadas del periodo Edo fue el hecho de ser pionero en el desarrollo de una cultura popular en relación con otras civilizaciones del mundo. Sōtatsu Tawaraya, fundador del estilo de pintura rinpa de Kioto, pasó a utilizar la flor de cerezo como elemento de diseño.
En Edo (la ciudad que se convertiría en la actual metrópolis de Tokio), nació el ukiyo-ê - y la sakura comenzó a colorear el fondo de pinturas de género, retratos de mujeres hermosas y pinturas que tenían como tema el teatro kabuki.
En el periodo Edo, surgieron los diseños de flores de cerezo también en las artes manuales. Había infinidad de piezas que exhibían flores de cerezo, desde cerámicas y utensilios hechos con la técnica maki-ê (que utiliza laca) hasta kimonos y adornos para el cabello.
En aquella época, los artistas y artesanos competían entre sí, lo que provocó una rápida evolución de la calidad de las piezas.
La Sociedad Japonesa y el Florecimiento de los Cerezos.
La sakura sigue siendo una flor popular entre los japoneses en la actualidad. Hacer una predicción del día de la floración de sakura, que se hace observando el florecimiento de la somei-yoshino, es un tema que representa la atmósfera alegre de la primavera.
La información sobre el florecimiento de la flor en cada región se convirtió en la noticia más importante de la temporada. El fenómeno de la floración de la sakura, que se produce primero en el sur y luego en localidades cada vez más al norte, se denomina "primera línea de floración de los cerezos" y la gente espera con ansias la floración de las sakura en su región.
La época de floración de la sakura varía ligeramente cada año, pero generalmente se produce entre finales de marzo y principios de abril - lo que coincide con el final y el comienzo de un nuevo año fiscal en Japón. Por eso, la flor del cerezo, en plena floración, termina por colorear eventos importantes como las ceremonias de graduación en marzo y las de ingreso en las escuelas, universidades y empresas en abril, que son puntos de inflexión en la vida de las personas.
La alegría de presenciar el crecimiento de los hijos, la gratitud por las personas que nos rodean, las expectativas y preocupaciones por un nuevo comienzo: la flor del cerezo se encuentra en el corazón de los japoneses junto con todos estos sentimientos. Hay muchas canciones de J-pop o de enka que expresan sentimientos a través de la sakura, y siempre que llega la primavera, se oyen canciones que hablan de la flor por todas partes.
Una costumbre que también hace que los japoneses esperen con ansia la estación de los cerezos es el hanami, en el que la gente puede disfrutar de la comida y la bebida, gozando con la familia, los amigos y los seres queridos, mientras contemplan las flores.
La sakura también se aprecia en la vida cotidiana. Dulces como el hanami dango y el sakura mochi pueden encontrarse no sólo en las tiendas especializadas en dulces japoneses, sino también en las tiendas de conveniencia de la ciudad. En la actualidad, el cerezo se utiliza tanto en los dulces japoneses como en la repostería occidental de estilo japonés. Los dulces son tan bonitos que entretienen con sólo mirarlos. También es posible encontrar comida y ropa con la temática sakura y cosméticos con la fragancia de la flor. Los japoneses aprovechan al máximo la corta temporada de los cerezos en flor.
Lugares Populares de Sakura por Japón
Japón cuenta con lugares famosos para disfrutar de los hermosos cerezos en flor en todas las regiones.
Conozca 7 de estos lugares y sus temporada de floración:
Flores de cerezo de la carretera Nijukken - Shinhidaka, provincia de Hokkaido
La carretera de Nijukken, que recibió su nombre porque antiguamente medía 20 ken (aproximadamente 36 metros), tiene un tramo recto de 7 kilómetros con numerosas ezo-yamazakura, que han sido trasplantadas a la región. Hay más de 2.000 árboles, formando la hilera de sakuras más larga de Japón. El periodo de floración va desde finales de abril hasta principios de mayo.
Parque Hirosaki - Hirosaki, provincia de Aomori
La principal variedad del Parque de Hirosaki es la somei-yoshino, pero el lugar alberga unos 2.600 árboles de 52 especies, entre ellas la yae-beni-shidare. El periodo de floración va desde finales de abril hasta principios de mayo. También se celebra allí el Hirosaki Sakura Matsuri, un festival en el que es posible disfrutar de las flores iluminadas en la noche.
Miharu Takizakura - Miharu, província de Fukushima
Miharu Takizakura es un cerezo de más de 1.000 años de antigüedad, que obtuvo su nombre por el parecido de sus pequeñas flores de color rojo claro con una cascada. Junto con el Usuzumizakura de Motosu, en la provincia de Gifu, y el Jindaizakura de Hokuto, en la provincia de Yamanashi, son conocidos como los Tres Grandes Cerezos de Japón. El periodo de floración va desde principios hasta mediados de abril.
Parque Chidorigafuchi - distrito de Chiyoda, Tokio
El foso de Chidorigafuchi, que va desde la calle Yasukuni hasta el parque Kitanomaru, está acompañado por el Chidorigafuchi Green Way, de 700 metros de longitud y con unos 260 cerezos dispuestos en fila, incluidos los de la especie somei-yoshino. La mejor época para disfrutar de ellas es desde finales de marzo hasta principios de abril, y en las noches en que las flores están iluminadas se puede ver las hermosas sakura reflejadas en la superficie del agua.
*El evento de iluminación no se realizará en 2022.
Parque del Castillo Takatō - Ina, provincia de Nagano
En el Parque del Castillo de Takatō, donde se trasplantaron los cerezos en el periodo Meiji, se pueden ver unos 1.500 árboles takatō-kohiganzakura, una especie endémica más pequeña que la somei-yoshino y cuyas flores son un poco más rojas. Cuando están en plena floración, todo el parque se vuelve rosa. El periodo ideal para ver el fenómeno es desde principios hasta mediados de abril.
Templo Tsubosaki - Takatori, provincia de Nara
El área del templo de Tsubosaka alberga unos 300 cerezos de tipo Yoshino, que, cuando florecen, crean la ilusión de que las edificaciones flotan entre las flores. La estatua de Buda hecha de piedra, de unos 15 metros, es llamada "Sakura Daibutsu". La mejor época para visitarla es desde finales de marzo hasta principios de abril. Vale la pena ver los cerezos iluminados durante la noche.
Monte Shiude - Mitoyo, provincia de Kagawa
Cuando el tiempo está soleado en el Monte Shiude (352 metros de altura), se puede ver el Puente de Seto y la región de Chūgoku desde el observatorio en la cima de la montaña. En primavera florecen unos 1.000 cerezos y el contraste con el azul del Mar Interior de Seto es impresionante. La mejor época para visitarla es desde finales de marzo hasta principios de abril.
Referencias:
- Sakura to nihonjin nōto (Bungeisha)
- Sakura no kagaku (SB Creative)
- Sakura (Iwanami shoten)