Edo Glass
Conociendo el trabajo manual y el Diseño de Japón a través del Edo Glass
Debido a su gran capacidad de reciclaje, el vidrio es un material que vuelve a tener un lugar destacado.
Edo Glass es el nombre que reciben los artículos de vidrio hechos a mano, herederos legítimos de las piezas producidas con las técnicas de fabricación tradicionales japonesas. Cada pieza conjuga tanto la belleza del diseño como la practicidad de su uso y se fabrica con el espíritu de la producción artesanal que vela por la delicadeza.
La Historia del Vidrio en Japón
La historia de la fabricación de vidrio en Japón se remonta al siglo IV o V a.C. Las excavaciones en tumbas que datan de esta época revelaron la existencia de Magatamas elaborados con este material, que son adornos personales típicos de Japón, cuya forma se parece a la letra C. En algunos sitios arqueológicos se han descubierto vestigios de la producción de estos objetos, que implicaban la fundición y el moldeado del vidrio.
En la antigüedad, el vidrio era un material tan valorizado como las piedras preciosas. Entre los siglos IV y VI d.C., cuando se construían grandes tumbas para los poderosos, había grupos de artesanos que fabricaban joyas utilizadas en las ceremonias religiosas. Los materiales utilizados eran piedras raras como el jade y el cristal, así como el vidrio. Con la llegada del budismo a Japón en el siglo VI, el material también se utilizó en recipientes para almacenar mantras y osarios de personas adineradas.
En el siglo VIII surgieron numerosos templos y estatuas budistas, y con motivo de la muerte del emperador Shōmu (701-756) se ofrendaron varios objetos preciosos en su memoria. Estos objetos fueron entonces colocados en el Shōsōin, un depósito ubicado en un templo budista llamado Tōdaiji, en Nara, donde permanecen guardados hasta el día de hoy. Entre los tesoros de los Shōsōin se encuentran hermosos objetos de vidrio que llegaron a Japón desde la lejana Asia Occidental a través de la Ruta de la Seda.
Sin embargo, por razones que aún desconocemos, la producción de vidrio entró en decadencia en la Edad Media.
En los siglos XII y XIII, que marcaron el ascenso de los Samuráis, hábiles espadachines y arqueros, prácticamente ya no es posible localizar registros históricos que hagan referencia al vidrio. Fue solo en la Era Edo, en los siglos XVII al XIX, cuando el vidrio reaparece en la Historia japonesa. El escenario fue la ciudad que entonces se llamaba Edo y donde hoy se encuentra la capital, Tokio.
Japón, tierra del Edo Glass y de los trabajos manuales
Se dice que Oda Nobunaga, señor feudal del periodo Sengoku (1534-1582), bebía vino en copas de “Diamant”, palabra holandesa que significa “diamante” o “lo que brilla y reluce”, en referencia al vidrio tallado de alta calidad que se importaba de Europa.
En aquella época, el vidrio sólo era accesible para personas especiales. Fue el pueblo de la era Edo la que cambió esta situación.
En aquella época, Japón restringía los intercambios con otros países, pero se mantenía el comercio exterior con países como Holanda y Portugal. La producción japonesa de vidrio comenzó en Nagasaki, donde se encontraba el Consulado Holandés, y tras pasar por Osaka, una ciudad comercial de renombre, también se empezó a fabricar en la ciudad de Edo en el siglo XVIII.
Las personas que perfeccionaron las artes manuales en Edo
En aquella época, Edo era una enorme ciudad con más de un millón de habitantes que apreciaban los artículos de buen gusto, considerados Iki, palabra que puede traducirse como elegante o encantador. Los artesanos trataron de satisfacer esta demanda, lo que llevó a incrementar las técnicas de la producción artesanal usando una amplia variedad de materiales, incluido el vidrio.
Las botellas, los vasos y los platos de vidrio recibieron el nombre de Biidoro, una deformación fonética de la palabra portuguesa que designa el material, convirtiéndose en artículos comunes de la vida popular.
Canales fluviales, el impulso de la vidriería
Otro factor que favoreció la producción de vidrio en Edo fueron los canales fluviales.
Situada frente al mar, Edo fue una ciudad que creció con terraplenes marítimos. Para mejorar el drenaje del agua, se excavaron canales que servían de vías de transporte acuático. Edo no disponía de la materia prima del vidrio en sus alrededores. En una época en la que no había automóviles, estos materiales se transportaban en barco. Las fábricas de vidrio se concentraban en las orillas de los canales, ya que así se facilitaba el transporte de sus insumos.
El legado de Edo Glass se transmite de generación en generación
La fabricación de vidrio tuvo una evolución aún más significativa en la Era Meiji (1868-1912), cuando el nombre de la ciudad cambió de Edo a Tokio. En el barrio de Shinagawa, en la región de la bahía, se instaló una fábrica estatal de vidrio en la que se producían botellas, recipientes y artículos de uso científico. La planta cerró en pocos años debido a problemas financieros; sin embargo, un gran número de técnicos permanecieron en el barrio y la producción de vidrio continuó a través de esas manos.
En los tiempos modernos, en los que la comodidad del día a día es cada vez mayor, los productos de vidrio se han difundido tanto que hoy no pueden faltar en la vida cotidiana. Sin embargo, con la mecanización de la producción de vidrio y la producción en serie de un mismo producto, las fábricas que producían vidrio de forma manual a un alto costo fueron desapareciendo.
En este contexto, ¿qué productos lograron superar las dificultades de aquellos tiempos y se fueron transmitiendo a las siguientes generaciones? Fueron precisamente aquellos que no podían producirse de otra manera que no fuera a mano, productos de diseño y, al mismo tiempo, prácticos para uso en la vida cotidiana, artículos en los que está presente el sentimiento del artesano y que transmiten un sentimiento de levedad cada vez que se usan: esto constituye el Edo Glass actual. En 2014, el gobierno japonés reconoció el Edo Glass como arte popular tradicional y los artesanos que dominaban técnicas y habilidades de alto nivel fueron certificados como maestros artesanos.
Las técnicas y el diseño del Edo Glass, transmitidos hasta nuestros días
¿Cómo se han mantenido y transmitido las técnicas y el trabajo artesanal del Edo Glass hasta nuestros días? ¿Cómo se lleva a cabo el diseño de estas obras? Para saber más, visitamos el taller Sugahara Kogei Glass que produce este tipo de vidrio.
El proceso de fabricación del vidrio comienza con la fusión de las materias primas a una temperatura de 1400 grados. El vidrio, fundido en un horno durante toda la noche, adquiere una consistencia pastosa. Al soplar una esfera de vidrio extraída con un tubo largo llamado varilla de vidriero, ésta puede adoptar diversas formas, como vasos o platos. Esta técnica tradicional se denomina “vidrio soplado”, que se realiza básicamente mediante dos métodos: el Soplado Libre y el Soplado en Molde.
Soplado libre: moldeado en el aire sin manipular la pieza
El Chubuki (soplado libre) es una técnica que da forma al vidrio sin manipularlo directamente. La forma de producir varía en función del artículo que se vaya a fabricar. Presentamos aquí algunas de las piezas más representativas. Inicialmente, el vidrio se sopla para crear una esfera. Una vez que se ha inflado, se transfiere a una segunda varilla, llamada “puente”, y se corta la parte del vidrio que estaba cerca de la boquilla. Si el vidrio comienza a enfriarse, se recalienta para recuperar su maleabilidad. Mientras tanto, el vidrio se abre lentamente para dar forma a objetos como vasos y platos. Producir múltiples piezas del mismo tamaño y la misma forma en soplado libre es una habilidad extremadamente difícil.
Soplado en molde: agilidad combinada con el talento del artesano
Por otro lado, el katabuki (soplado en molde) consiste en soplar el vidrio en un molde que le da su forma. Como el moldeado se realiza en esta única etapa, en el intervalo de tiempo durante el cual el vidrio se enfría y endurece, la producción lleva menos tiempo y, por tanto, el precio del producto es menor. Sin embargo, esto no significa necesariamente que el soplado libre sea técnicamente superior.
A lo largo de los años, cada taller ha transmitido diferentes técnicas a sus artesanos. En Sghr, la técnica se denomina Mawashi-Fuki (“soplado con giro”), en la que el vidrio, a más de 1000 grados, se sopla sobre el molde mojado con agua. Esto crea una fina película de vapor de agua que evita que el vidrio entre en contacto directo con el molde, proporcionando un vidrio con una textura fina y brillante.
Aunque el molde hace parecer que esta técnica es más fácil que el soplado libre, soplar con demasiada fuerza hace que se rompa la película de vapor, lo que provoca que el vidrio pierda su textura. Para que la pieza tenga el grosor y la uniformidad deseados desde el fondo hasta la boquilla, se tiene que aplicar una fuerza delicada y precisa. La precisión del producto final es tan impresionante que parece hecho por una máquina, pero eso sólo es posible gracias a la habilidad del vidriero.
El diseño que nace del diálogo con el vidrio
En el taller de Sugahara Kogei Glass, los propios artesanos se encargan de las distintas etapas, el diseño y el proceso de producción.
“Si soplas aquí mientras el vidrio todavía está caliente, conseguirás una curva como esta”.
"Al agitar el vidrio en este punto, aparecerá esta textura”
El diseño de productos artesanales no es una teoría sobre el papel: nace del diálogo con el vidrio. El Edo Glass, resultado de la aguda percepción del momento en que el vidrio se hace más bello, insuflado por el aliento humano de los artesanos, tiene como identidad, cuando se observa con atención, el hecho de que no hay dos piezas idénticas.
Los colores del Edo Glass no dejan de evolucionar al tiempo que conservan la tradición
Ruri-iro, el nombre que se le da a un color azul intenso, se obtiene agregando cobalto al vidrio; el Do-aka, un rojo denso, disolviendo cobre. Los colores del vidrio son el resultado de la mezcla de minerales naturales durante su cocción en un horno. Las materias primas del vidrio se cuecen en el horno desde la noche anterior para que la producción pueda realizarse a la mañana siguiente. Los colores del vidrio que se trabaja son el resultado de reacciones químicas que cambian el aspecto del material en cada momento.
El talento del artesano también se manifiesta mediante el uso de la intuición para obtener los mejores colores posibles en el momento de la producción. Especialmente en el caso del Do-aka, que cambia constantemente de tonalidad, la habilidad para descifrar el mejor colorido es transmitido de generación en generación por los artesanos veteranos.
La técnica Pokan: el arte de yuxtaponer vidrios finos de colores
El Iro-gise es un tipo de Edo Glass que consiste en la yuxtaposición de vidrio de dos tonos en el lado interior y exterior de la pieza. Históricamente, este tipo de vidrio se fabrica soplando vidrio transparente y otro de color por separado, los que posteriormente son recalentados para ser fundidos. Esto hace que el vidrio se vuelva más grueso y que el proceso sea más largo.
Una revolución en la fabricación de vidrio fue la invención del proceso de producción llamado Pokan. Con esta técnica, la primera capa externa del vidrio Iro-gise es extremadamente fina, de sólo 0,2 a 0,3 mm de grosor, y cuando se cortan las superficies, los diseños destacan en la superficie.
El nombre “Técnica Pokan” se debe a que el vidrio produce este sonido cuando se saca del molde. Fue creada por un artesano llamado Kingo Nakamura, que no dudó en enseñársela a sus colegas. Con el tiempo, la evolución de esta técnica condujo al desarrollo del Edo Kiriko, un tipo de vidrio tallado similar al “cut glass” del Occidente.
La aparición de los coloridos vidrios Iro-gise
El vidrio Iro-gise en su versión tradicional combina el vidrio transparente en el lado interior y los colores Ruri y Do-aka en el exterior, pero hoy en día hay muchos colores, como el azul claro, el dorado, el púrpura y muchos otros. A lo largo de los años, los artesanos han investigado y desarrollado técnicas para colorear el vidrio mezclando diferentes minerales con él. Las combinaciones de colores también son variadas, incluso el orden en que se yuxtaponen puede producir resultados diferentes.
La dureza del vidrio es sutilmente diferente según el color dado. Los artesanos dicen que incluso hay combinaciones de colores más difíciles de soplar que otras. Pero frente a esto, cuando los clientes preguntaban si se podía poner algún color en el vidrio, o si podían hacer una combinación determinada, la respuesta siempre fue “¡vamos a intentarlo!”. Este es el espíritu artesanal que se ha mantenido durante generaciones desde la Era Edo.
Sin dejar de honrar las tradiciones, el vidrio Iro-gise reflejó el sentimiento de cada época a lo largo del tiempo. Los artesanos dicen que, en los últimos tiempos, los colores preferidos han sido los tonos más reconfortantes, como un azul claro que recuerda a un cielo despejado, además de los más tradicionales, como el Ruri y el Do-aka, que han atravesado generaciones. Hoy en día, cada vez más jóvenes admiran estos tonos con una mirada renovada.
Cada artículo de Edo Glass, aunque parezca similar a otro, está hecho a mano, razón por la que ninguna pieza es igual a otra. Invitamos a todos a un encuentro con una pieza que será única.
Referencias Bibliográficas:
-Nihon no Garasushi (“Historia del Vidrio en Japón”) - Glass Manufacturers’ Association of Japan
-Nihon Daihyakka Zensho (Nipponica) (Encyclopedia Nipponica) (“Enciclopedia Completa de Japón”), Editorial Shogakukan
-Kaitei Shinban Sekai Daihyakka Jiten (“Enciclopedia Mundial Revista y Actualizada”), Editorial Heibonsha
Colaboración para el reportaje:
-Tobu Glass Industry Cooperative Association of Japan
-Sugahara Glassworks Inc.
-Nakakin Glass Inc.