El Templo del Agua Pura
Conozca la tradición del agua que trae buena suerte
En Japón existe la creencia de que beber el agua de los arroyos que nacen en la cascada de Otowa trae buena suerte. Sin embargo, el desafío está en elegir sólo una de las tres posibilidades que promete cada corriente: el de la derecha, salud y vida larga; el del medio, amor; y el de la izquierda, el éxito académico. Pese a que no siempre es una decisión fácil, la toman muchas veces al día los visitantes del Kiyomizu-dera, el Templo de Agua Pura en Kioto.
Lugar de peregrinación para los devotos de Kannon, la deidad budista de la compasión y la misericordia representada en una estatua con 11 caras y 42 brazos, en el complejo de templos, son más de 30, además de monumentos, en un área de 130km² en el distrito de Hagashiyama, región este de Kioto. Según el sitio web oficial del santuario, fue fundado en el año 778, pero pasó por reconstrucciones varias veces hasta 1633, desde cuando data la estructura actual, que está reconocida como Patrimonio Mundial Cultural y Natural por la UNESCO.
La construcción del templo se hizo de acuerdo con las técnicas tradicionales
Paisaje icónico de postales, el tempo Kiyomizu-dera ofrece una vista única de Kioto debido a su ubicación en lo alto del Monte Otowa. La construcción se ubica al borde de un peñasco y combina técnicas y métodos tradicionales, como el wafu, que prescinde del uso de tornillos y clavos al usar piezas de madera talladas para encajarse unas a otras, y el kakezukuri, que permite crear una estructura de gran resistencia sísmica.
Balcón del templo Kiyomizu-dera, en Kioto
El principal elemento arquitectónico destacado del templo es un balcón que da acceso a la sala principal, situada a una altura de 13 metros, equivalente a un edificio de cuatro pisos. Sostenida por 18 pilares, esta enorme cubierta funciona también como escenario, donde se celebran ceremonias especiales. En Japón hay incluso un proverbio que hace referencia a la estructura, "salte desde el escenario de Kiyomizu", que correspondería a "volcarse de lleno en el asunto", o hacer las cosas con determinación.
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Durante el período Edo (1603-1868), sin embargo, algunas personas se tomaron en serio la idea de saltar desde el escenario del templo hacia el peñasco. Se creía que quien sobreviviera a la caída vería cumplido su deseo. Hubo 234 saltos, de los cuales 200 fueron exitosos. Esta práctica está prohibida desde hace tiempo, aunque las personas continúan buscando la buena suerte en las aguas del Kiyomizu-dera.
Pero eso no es todo...
Desde 1998, el Kiyomizu-dera celebra el Día del Agua el 3 de abril, fecha elegida por ser un juego de palabras con Shi (4), Mi (3) y Zu (shimizu, que significa "agua pura y cristalina que brota del suelo y de las rocas"). Para los monjes, el agua tranquila y cristalina es un símbolo de paz, que inspira la purificación de la mente y del entorno. Ese día se celebra la Fiesta de la Oración por la Purificación del Corazón y de la Tierra, en la que tiene lugar una ceremonia para agradecer las bendiciones que proporciona el agua.
Si parece demasiado difícil elegir entre una vida larga y saludable, el éxito en los estudios y el amor, hay una segunda oportunidad en el Altar de Jishu, dedicado a la deidad del amor y el matrimonio. Delante del altar hay dos piedras, con 18 metros de separación. Quienes puedan ir de una piedra a otra con los ojos cerrados tendrán suerte para encontrar el amor. También hay otras construcciones, como la Pagoda Koyasu, donde se hacen pedidos para que los partos no tengan complicaciones, y las 200 estatuas de Jizo, el protector de los niños y viajeros.
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