Las artes marciales japonesas en las competencias olímpicas
Hoy por hoy es difícil imaginar una competencia olímpica sin judo, pero este deporte no se incluyó sino hasta el año 1964.
La modalidad, creada por el japonés Jigoro Kano, estrenó ese año en los Juegos Olímpicos de Tokio y sus luchas se televisaron directamente desde los tatamis del Nippon Budokan, la casa espiritual de las artes marciales japonesas. A partir de entonces, la popularidad del judo aumentó y se transformó en una de las grandes atracciones del evento deportivo, así como en fuente de medallas, tanto para Brasil como para Japón. Esta es, por cierto, la modalidad individual que hasta el momento más medallas olímpicas otorgó a Brasil: fueron 22 en total. Por su parte, el “país del judo” conquistó 84 medallas, de las cuales 39 fueron de oro.
El gran éxito de la exhibición de un arte marcial de origen japonés en el principal evento deportivo del planeta puede repetirse en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020, que comienzan el día 23 de julio. Esta vez, la sonada modalidad que debuta es el karate, que ingresará al programa olímpico en el mismo Nippon Budokan, un gimnasio que preserva su imponente arquitectura y trae muchos recuerdos a los japoneses sobre fechas y luchas históricas.
De acuerdo con el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la inclusión del karate en el evento olímpico será una gran oportunidad de exponer la filosofía y los orígenes del deporte que conquistó al mundo. Presente en diversas películas y series durante las últimas décadas, antes de convertirse en una fiebre y que niños de todo el mundo lo practicaran, el karate pasó por una serie de cambios de nombres y estilos. Se estima que la modalidad tal y como actualmente la conocemos tuvo su origen en un arte marcial sin armas, practicado por guerreros de Okinawa, al sur de Japón, alrededor del siglo XVIII. Antiguamente, la región era un reino independiente que tenía vínculos estrechos con China y recibía una gran influencia de su país vecino, algo perceptible en el karate, por su inspiración en el arte chino de la guerra.
El cultivo del cuerpo y el fortalecimiento del espíritu: los orígenes del Karate
El karate comenzó a tomar cuerpo cuando se prohibieron las armas de fuego en Okinawa. Muchos maestros entrenaban a sus alumnos para defenderse con los pies y con las manos. A pesar de la cantidad de variaciones de golpes y estrategias de maestro a maestro a lo largo de los primeros años, la misma filosofía unía a todos los practicantes y, años más tarde, serviría como base para el karate de Okinawa: el cultivo del cuerpo, el fortalecimiento del espíritu, el entrenamiento estricto y la formación de la personalidad a favor de la paz y de la educación.
En el siglo XIX, a partir de la autorización de uso de armas de fuego en la región, el karate pasó a practicarse solo como especie de educación física y espiritual. En el año 1902 se reconoció como deporte. Años más tarde, en 1916, el maestro Gichin Funakoshi realizó su primera demostración pública de karate fuera de Okinawa, en la ciudad de Kyoto. Después, presentó el arte marcial al futuro emperador, Hiroshita, así como a otras personas influyentes, y en 1923 se mudó a Tokio, donde se dedicó a propagar las ideas del karate como una formación de ciudadanía.
La inclusión del Karate en el programa olímpico y su manera de competir
La enseñanza de karate moderno se divide en tres grupos: kihon (técnicas básicas), kata (secuencia de técnicas, un simulacro de lucha) y kumite (combate propiamente dicho). Esas dos últimas, kata y kumite, son las competencias contempladas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El kumite, que es la lucha en sí, se dividirá en tres categorías: en el masculino corresponderán a –67 kg, –75 kg y +75 kg y en el femenino a –55 kg, –61 kg y +61 kg. Por otra parte, en el kata, el simulacro de combate, cuyas técnicas los jueces evalúan, no se hace distinción de peso y habrá una categoría masculina y otra femenina.
El principal obstáculo para la inclusión del karate en la competencia olímpica siempre fue su multiplicidad, ya que hay decenas de estilos e incluso reglas diferentes de competencia entre los karatecas de todo el mundo. El Comité Olímpico Internacional (COI) determinó, entonces, que todas las reglas deben obedecer lo estipulado por la World Karate Federation (WKF), entidad que se encarga de regular el karate deportivo en el mundo.
Desde hace décadas el karate buscaba esa inclusión en el programa olímpico. La aprobación del COI, sin embargo, solo llegó en el 2016 y exclusivamente para los Juegos de Tokio, debido a la tradición japonesa. El karate es una de las 5 novedades de esta edición del evento olímpico, junto con el skateboarding, el surf, la escalada y el béisbol/softbol. Al igual que el béisbol, no se asegura la presencia del karate en las próximas ediciones de los Juegos Olímpicos. Eso hace que Tokio 2020 tal vez represente la única oportunidad de ver el karate en el principal evento deportivo del mundo. Será algo tan espectacular como las primeras luchas de judo de 1964 y en el mismo escenario sagrado, el Nippon Budokan.
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