Más que un concepto, Mono no Aware puede interpretarse como una sensación, un sentimiento de empatía por las cosas y los seres vivos cuando reconocemos su carácter efímero, es decir, la conciencia de que todo lo que existe es temporal. La fugacidad de la juventud, el empalidecimiento del romance y el cambio de las estaciones del año no deben lamentarse, deben apreciarse por su impermanencia, porque de ahí proviene su belleza.
Acompañado por la nostalgia, este sentimiento puede ejemplificarse con hechos como observar la delicadeza de los cerezos en flor (sakura) y lo rápido que caen; notar las fases cambiantes de la luna; notar el paso de las estaciones del año; e incluso experimentar la ausencia de los seres queridos. Todos estos acontecimientos se pautan en el paso del tiempo y se pueden sentir cuando se comprende su transitoriedad, es decir, desde el momento en que prestamos atención a la transformación e impermanencia de todo lo que nos rodea.