La costumbre de izar banderines coloridos para celebrar el Kodomo no Hi, el Día de los Niños en Japón
Año a año, el 5 de mayo familias de todo Japón izan banderines coloridos en formato de carpas, denominados koinobori. Con esa antigua costumbre se marca el comienzo del Día del Niño, un feriado nacional dedicado a celebrar la felicidad y el bienestar de los más pequeños, así como la esperanza de que crezcan fuertes y sanos.
Koinobori es la combinación de dos palabras: koi (carpa) y nobori (estandarte, bandera) y se refiere a una tradición iniciada por los samuráis del Período Edo (1603-1868). Siempre que nacía un niño, los padres adornaban sus jardines con símbolos que representaban carpas, como forma de pedir a los dioses que sus hijos crecieran con coraje y fueran fuertes y perseverantes, características esenciales para convertirse en un guerrero. Posteriormente, esa costumbre fue imitada por los habitantes de las ciudades y se popularizó.
Originalmente llamado Tango no Sekku (Día del Muchacho), a partir de 1948 el 5 de mayo se instituyó como feriado nacional y recibió el nombre Kodomo no Hi (Día del Niño). En esa fecha se celebra la unión de la familia como un todo, así como las personalidades y las cualidades de cada miembro.
Un símbolo de coraje y perseverancia
La elección de la carpa para el koinobori dista mucho de ser aleatoria. Entre las varias historias que se cuentan, una es digna de mención. Cuenta una antigua leyenda que un cardumen de peces estaba intentando subir un río. Entre ellos había un grupo formado por carpas doradas que, unidas, recobraban fuerzas para nadar contra la corriente. Cuando llegaron a la última cascada, el desafío parecía imposible, pero las carpas se negaron a desistir y continuaron intentando alcanzar la cima.
Cuanto más fallaban, más continuaban esforzándose para seguir adelante. Tanto esfuerzo llamó la atención de los demonios locales, que decidieron aumentar la fuerza del salto de agua, para que el desafío resultara aún más difícil. Transcurridos 100 años, una carpa finalmente alcanzó la cima de la cascada, conocida como Portal del Dragón. Como reconocimiento a su perseverancia, los dioses la transformaron en un dragón dorado, la imagen del coraje, la fuerza y la perseverancia. Dichos atributos se consideran esenciales para que las personas superen los desafíos y las lecciones que encuentran a lo largo de la vida. Por otra parte, la carpa también suele asociarse con la buena suerte, el éxito, la prosperidad y la longevidad.
Los colores de las carpas y sus significados
De acuerdo con la tradición del koinobori, los colores y la disposición de las carpas tienen un significado. La primera carpa es de color negro y es la más grande de todas. Se encuentra en el mástil y representa al padre. La segunda, un poco más pequeña, en color rojo, es la madre. La azul, más chica que la anterior, suele corresponder al hijo primogénito. Los demás hijos están representados por otros colores y tienen otros tamaños, en función del orden de nacimiento: pueden ser verdes, violetas o rosados, por ejemplo.
Por encima de todos esos colores puede colocarse un fukinagashi, que es una especie de cono de viento (instrumento utilizado para mostrar la dirección de las corrientes de aire), en cinco colores. Colocado en lo alto, antes de la carpa negra que representa al padre, puede tener el escudo de la familia en la punta, aunque esto no es obligatorio. Para los japoneses, se trata de un amuleto que simboliza la protección al niño.